Atentados imputados a Al Qaeda tras el 11-S

FERNANDO REINARES (Catedrático de Ciencia Política) 03/06/2004 El País.com

29-05-2004
Un comando armado de Al Qaeda acabó con la vida de 22 personas de diez nacionalidades distintas en la ciudad saudí de Jobar, en la costa del Golfo Pérsico, a 400 kilómetros de la capital, Riad. Tras haber retenido a un grupo de rehenes que llegó a ser de casi 250 personas en el complejo residencial de Al Waha (El Oasis) los terroristas sufrieron el asalto de fuerzas especiales, que lograron detener sólo al jefe del comando, mientras que los otros tres pudieron huir en un coche robado.

29-05-2004
Un comando armado de Al Qaeda acabó con la vida de 22 personas de diez nacionalidades distintas en la ciudad saudí de Jobar, en la costa del Golfo Pérsico, a 400 kilómetros de la capital, Riad. Tras haber retenido a un grupo de rehenes que llegó a ser de casi 250 personas en el complejo residencial de Al Waha (El Oasis) los terroristas sufrieron el asalto de fuerzas especiales, que lograron detener sólo al jefe del comando, mientras que los otros tres pudieron huir en un coche robado.

19-05-2004
El grupo terrorista dirigido por el miembro de Al Qaeda Abu Musab al Zarqawi, se atribuyó la autoría de un atentado en Bagdad (Irak) en el que perdió la vida el presidente de turno del Consejo de Gobierno de Irak, el chií Ezzedín Salim. Cinco días después, la misma organización asesinaba con un coche bomba al viceministro de Interior iraquí y a otras cinco personas.

11-3-2004
El objetivo de la banda terrorista eran los trenes de cercanías de Madrid en hora de máxima afluencia. Hicieron estallar 10 bombas que asesinaron a 190 personas y causaron más de 1.400 heridos.

16-5-2003
Cinco ataques suicidas en Casablanca (Marruecos) contra restaurantes turísticos, entre ellos la Casa de España, que causan 41 muertos, en su mayoría marroquíes.

12-5-2003
Atentado con un coche bomba contra un edificio de los servicios de seguridad rusos en Chechenia que causa 60 muertos. Dos días más tarde, un atentado suicida en Chechenia causa 18 muertos.

12-5-2003
Tres atentados suicidas contra edificios residenciales de norteamericamos en Riad, con el resultado de 34 muertos, entre ellos siete norteamericanos.

Febrero - abril 2003
Treinta y dos turistas, en su mayoría alemanes, son secuestrados en el sur de Argelia.

Enero 2003
Se descubren rastros de sustancias venenosas en un edificio de apartamentos de Londres y se practican numerosas detenciones. 28-11-2002
Ataque suicida con un coche cargado de explosivos en Mombasa (Kenia) contra un hotel repleto de turistas israelíes que causa 15 muertos. Ataque con un misil contra un avión de línea israelí.

28-10-2002
El americano Laurence Foley es asesinado a tiros en Ammán (Jordania).

12-10-2002
Dos coches bomba cargados de explosivos matan a 202 personas, en su mayoría australianos, en Bali (Indonesia).

8-10-2002
Un marine norteamericano es asesinado y otro herido por dos kuwaitíes. 6-10-2002
Un petrolero francés es atacado frente a las costas de Yemen por un barco cargado de explosivos.

29-9-2002
Un coche bomba mata a un ciudadano alemán en Riad.

5-9-2002
Un coche bomba causa 32 muertos en Kabul.

20-6-2002
El banquero británico Simon John Veness muere en un atentado en Riad.

14-6-2002
Un coche bomba contra el consulado norteamericano en Karachi causa 12 muertos paquistaníes.

8-5-2002
Un ataque contra un autobús con técnicos franceses en Karachi causa 11 muertos.

11-4-2002
Atentado con un camión cargado de explosivos contra una sinagoga en Yerba (Túnez), que causa 19 muertos, en su mayoría alemanes.

17-3-2002
Un atentado con morteros contra una iglesia protestante en Islamabad frecuentada por extranjeros causa cinco muertos.

23-1-2002
El periodista norteamericano Daniel Pearl es secuestrado y asesinado en Karachi.

22-12-2001
Richard Reid, pasajero de un vuelo entre París y Miami, intenta hacer estallar los explosivos que lleva en sus zapatos.

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De Hamas a Al Qaeda

Cada vez más radicales, palestinos se pasan al grupo de Bin Laden para atacar a Israel


Un miliciano explica el cambio de bando en la aparente liviandad con que la Resistencia Islámica palestina se relacionaría con los judíos, en contra de lo que -afirma- ordena el Corán. Insertarse en la población árabe-israelí es clave para posteriormente perpetrar atentados.

Hace meses que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, afirma que Al Qaeda gana protagonismo en Gaza y Cisjordania. Sin embargo, la penetración de la organización de Osama bin Laden parece más profunda de lo que se pensaba. Recientes testimonios señalan que cientos de activistas de Hamas están desertando hacia el nuevo brazo de Al Qaeda en la Franja.

La detención el 1 de junio en Israel de Abdel Rahman Talalka, de 25 años, refleja la gravedad del cisma entre los islamistas más radicales. Este destacado integrista de Gaza, que se reunió personalmente en varias ocasiones con los fundadores de Hamas era un mujahidín (miliciano de la Jihad) del brazo armado de la organización palestina. Los interrogadores israelíes no lo podían creer cuando descubrieron que Talalka no actuaba en nombre de Hamas, sino de la facción Al Jaljala, de Al Qaeda.

“Hamas no es suficientemente religioso y por eso yo, que me licencié en estudios islámicos en la universidad, me pasé con muchos de mis compañeros a Al Qaeda. Aquí sabemos que según el Corán el objetivo es la lucha armada y matar judíos”, explicó. Talalka reveló, además, que la Resistencia Islámica reaccionó violentamente ante estas deserciones y los amenazó de muerte.

El joven pasó a la clandestinidad y empezó a usar el nombre de Abbas. Los entrenamientos de Al Qaeda tuvieron lugar en una casa abandonada de Rafah, donde, además, le enseñaron a fabricar explosivos, por ejemplo, a partir de medicinas.

PELIGROSA LISTA

El islamista se había infiltrado en Israel para planificar atentados suicidas y ataques con coches-bomba en comisarías, centros comerciales, bases militares, paradas de autobús y rascacielos, así como para secuestrar y asesinar a soldados en las carreteras, enterrar sus cuerpos y señalar el lugar con un GPS para que los cadáveres pudieran ser canjeados por presos palestinos.

Le entregaron un teléfono móvil con varias tarjetas SIM para no ser localizado ni por Hamas ni por Israel. Para ayudarle a mezclarse con la población árabe-israelí, le ordenaron comprar un carné de identidad falso de ciudadanos beduinos. Sus jefes le enseñaron también a hacer frente a posibles interrogatorios del Shin Bet -el servicio de inteligencia interior israelí- en caso de ser capturado.

Sus responsables en Gaza acordaron con Talalka varios tipos de mensajes SMS que serían enviados en clave. “Los niños no tienen dinero” era el texto para cuando la infraestructura de atentados estuviese preparada y sólo faltaran los fondos para ejecutarlos. Cuando lograra entrar en Israel por la frontera egipcia, el mensaje a enviar sería: “¿Cómo están mamá y papá, yo llegué a mi novia”.

Asimismo, le pidieron que informara inmediatamente de cada atentado para poder reivindicarlos y le entregaron una lista de farmacias, tiendas de materiales agrícolas e instituciones médicas en las que podría comprar medicamentos y productos para fabricar los explosivos y los cinturones suicidas.

PREFERENCIAS INTEGRISTAS

Hace un mes y medio, Talalka pasó uno de los túneles subterráneos secretos que unen Rafah con Egipto y vivió un corto período en el desierto del Sinaí. Otro miembro de la célula le dio mil dólares para pagar a un contrabandista profesional de origen beduino.

Por la noche, ambos se infiltraron a pie, caminando decenas de kilómetros hasta Kadesh Barnea. Luego Talalka tomó un autobús en dirección a Beersheba. El 1 de junio fue arrestado en la carretera.

En los interrogatorios del Shin Bet, el miliciano confesó que su objetivo era movilizar a integristas árabe-israelíes para cometer una serie de atentados, pues según él, hoy en día es más fácil movilizar activistas para Al Qaeda, ya que se trata de “la organización más respetada y gloriosa del mundo islámico”.


¿“Hezbolización” del Ejército libanés?

El gobierno israelí advirtió ayer que teme una posible “Hezbolización” del ejército libanés, dos días después de que un enfrentamiento en la frontera -el más grave desde 2006- finalizara con cuatro muertos. “Si el Hezbollah logra controlar (a las tropas libanesas), tendremos que tratarlas de un modo muy distinto”, afirmó el viceministro de Relaciones Exteriores, Danny Ayalon. Ya el miércoles, el Primer Ministro israelí había advertido a algunos de sus vecinos: “Quiero dejar claro a Hamas y al gobierno del Líbano que los consideramos responsables de las provocaciones violentas contra nuestros soldados. No pongan a prueba nuestra determinación de defender a los ciudadanos y soldados del Estado de Israel”.

Ello, en alusión a la escaramuza desatada en un sector fronterizo donde el ejército israelí quería talar un árbol. La ONU afirmó tras las primeras indagaciones que el árbol se encontraba en la frontera entre ambos países, “del lado israelí”, pero en una zona en la que “el gobierno libanés expresa reservas respecto al (trazado) de la Línea Azul”, establecida para servir de frontera tras la retirada -luego de 22 años- del ejército israelí del sur del Líbano en mayo del 2000.

Por;Henrique Cymerman, corresponsal en Ramallah / La Vanguardia

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Tener presente la historia y no ayudar a los islamistas.


Cómo terminaron dominando el islam europeo los islamistas

Invariablemente Occidente sale perjudicado. La lección es simple: tener presente la historia y no ayudar a los islamistas.

Por: Daniel Pipes

Los atentados del 7 de Julio en Londres, en donde los islamistas asesinaron a 52 personas e hirieron a 700, empujaron a las autoridades británicas a trabajar con los musulmanes para evitar futuros episodios de violencia.
Sin embargo, en lugar de recurrir a los musulmanes anti-islamistas que rechazan el objetivo triunfalista de imponer la ley islámica en Europa, dieron preferencia a los islamistas no violentos, esperando que ellos persuadieran a sus correligionarios de expresar su odio a Occidente de formas aceptables.

Esta iniciativa dio especial prominencia a Tariq Ramadán (1962), un destacado intelectual islamista. Por ejemplo, la Policía Metropolitana de Londres financiaba parte de una conferencia que pronunció Ramadán y el Primer Ministro Tony Blair le eligió para formar parte de "un grupo oficial de trabajo para confrontar el extremismo".
Dar un cargo público a un islamista pudo parecer una idea original e inteligente, pero no resultó ser ninguna de las dos cosas. Los gobiernos occidentales se han estado aliando sin éxito durante décadas con los islamistas. En la práctica, se han venido aliando con la propia familia Ramadán.

En 1953, Dwight D. Eisenhower invitó a un grupo de musulmanes extranjeros que incluyó a Said Ramadán (1926-95), líder de la que puede ser la organización islamista más influyente del siglo XX, la rabiosamente anti-occidental Hermandad Musulmana -- y también al padre de Tariq. El encuentro Eisenhower-Ramadán tuvo lugar en el contexto de los constantes esfuerzos de la administración estadounidense por decantar a los musulmanes contra el comunismo soviético, en parte metiendo a Said Ramadán en la nómina de la CIA. Talcott Seelye, un diplomático estadounidense que se reunía con él en aquella época, explica: "Nosotros pensábamos en el islam como contrapeso al comunismo".


Después está Hasán al-Banna (1906-49), abuelo de Tariq, fundador de la Hermandad Musulmana y receptor de financiación Nazi, con quien diplomáticos estadounidenses destacados en El Cairo a finales de la década de los años 40 mantenían "reuniones regulares, juzgándole "en total sintonía" y percibiendo a su organización como una fuerza "moderada" y hasta "positiva". Al parecer los británicos ofrecían dinero a al-Banna.

En otras palabras, los gobiernos occidentales tienen antecedentes de ignorar la ideología repulsiva de los islamistas y trabajar con ellos, llegando a consolidarles.
En un sobrecogedor artículo de investigación histórica, Ian Johnson, periodista distinguido con un premio Pulitzer trabajando antes para el Wall Street Journal, revela nuevos giros de este drama en su obra recién publicada, Una mezquita en Münich: los Nazis, la CIA y el ascenso de la Hermandad Musulmana en Occidente

Johnson empieza con un examen de los esfuerzos sistemáticos Nazis por reclutar a los musulmanes soviéticos de entre sus prisioneros de guerra. Muchos musulmanes sentían aversión por Stalin; y entre 150.000 y 300.000 defendieron al Eje en la Segunda Guerra Mundial. En otras palabras, además de su esfuerzo propagandístico inconcluso dirigido a los árabes, los Nazis desplegaron en la práctica un número considerable de musulmanes de origen turco sobre todo bajo el liderazgo del académico entusiasta Nazi Gerhard von Mende.

Tras la derrota alemana de 1945, Johnson sigue a von Mende mientras continúa su labor anticomunista con los musulmanes antes soviéticos, ahora en el contexto de la Guerra Fría. Pero su red de antiguos soldados regulares no demuestra ser muy competente en la tarea de despertar la hostilidad musulmana contra la Unión Soviética. Su referente intelectual, por ejemplo había servido de imán de una de las divisiones de las SS que había ayudado a reprimir el levantamiento de Varsovia en 1944. Los islamistas demostraron enseguida ser mucho más competentes en este desafío político y religioso. Johnson explica que "llevan traje, tienen títulos universitarios y saben formular sus exigencias de forma que un político puede entenderlas".

El corazón de su fascinante estudio está ocupado por el rastreo de la evolución, desarrollada gran parte de ella en Münich, de antiguos soldados en nuevos islamistas. Es un relato clásico de intriga en los años 50, rematado con Nazis rehabilitados, organizaciones fachada de la CIA y ambiciones soviético-estadounidenses enfrentadas.

Johnson ilustra la forma en que, sin que nadie lo planificara, los estadounidenses se hacen con la red de von Mende y la entregan a Said Ramadán. Este primer espaldarazo estadounidense a la Hermandad Musulmana, argumenta Johnson, le da los medios para establecer un marco islamista justo a tiempo para acoger el incremento de la inmigración musulmana a Europa en la década de los años 70.
De esta forma el dominio islamista sobre los musulmanes europeos tiene dos catalizadores ocultos, el Nazi y el estadounidense. Sus orígenes en la Operación Barbarossa revelan la desagradable catadura de la fortaleza islamista actual. Hitler y sus criminales no lo podían prever, pero ayudaron a despejar el terreno a Eurabia.

El respaldo estadounidense a los islamistas invita a Johnson a advertir de la inutilidad de aliarse con la Hermandad Musulmana y su tribu -- como volvió a intentar recientemente Tony Blair. Al margen de lo tentador que sea, invariablemente Occidente sale perjudicado. La lección es simple: tener presente la historia y no ayudar a los islamistas.

eldiarioexterior.com

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