Ataque en Londres

Londres despierta entre ruidos de sirenas y ambulancias. Cuatro explosiones coordinadas (tres en el metro y una en un autobús) sacuden la capital británica en plena hora punta. Más de 50 muertos y alrededor de 700 heridos es el balance que deja el mayor atentado terrorista jamás perpetrado en el Reino Unido. Aunque la confirmación oficial no llegaría hasta horas después, el recuerdo del 11-S en Nueva York y del 11-M en Madrid hace pensar, dentro y fuera del Reino Unido, en el mismo culpable: Al Qaeda ha cumplido una vieja amenaza pendiente. Y en una fecha que no parece escogida al azar: mientras se está desarrollando en Escocia la cumbre del G-8 y tan sólo un día después de que la capital británica fuera elegida sede olímpica para 2012.

Son las 8.50 cuando tres explosiones casi simultáneas sacuden el metro londinense, el medio de transporte más utilizado por miles de trabajadores que cada día acuden a sus oficinas en la City. A esa hora, estalla un artefacto en el tercer vagón del tren que circulaba entre las estaciones de Liverpool Street y Aldgate. Segundos después, otra explosión sacude la línea Picadilly, entre Kings's Cross y Russell Square. Aún no son las 8.51 y se produce un nuevo estruendo, esta vez en un tren que acababa de salir de Edgware Road hacia Paddington.

Londres activa todas sus alertas. Se cierran las líneas de metro y los servicios policiales y de emergencia toman el centro de la ciudad, mientras miles de personas que reciben el mensaje de que ha habido «un fallo eléctrico» en el suburbano no saben lo que realmente ha pasado y buscan vías alternativas para conseguir llegar a sus trabajos. Scotland Yard establece un amplio perímetro de seguridad en torno a las zonas afectadas, que quedan cerradas tanto para peatones como para los medios de comunicación. No hay apenas imágenes de heridos, ni de escenas de pánico… Los medios británicos dosifican metódicamente la información para evitar que el terror provoque aún más terror

Casi una hora más tarde, sin más datos que la versión oficial que habla de un fallo eléctrico en el metro, una nueva explosión —la cuarta— vuelve a sacudir el centro de la capital británica. Son las 9.47. Ocurre en un autobús de doble piso de la línea 30, en el cruce entre Tavistock Square y Upper Woburn Place.

Tres horas después de la primera explosión, el primer ministro británico, Tony Blair, comparece ante los medios para confirmar que la capital británica ha sufrido un «ataque terrorista». Un grupo que se autodenomina
'Organización Secreta de Al Qaeda en Europa' reivindica los atentados en una página web. Por la noche, el ministro de Exteriores, Jack Straw, convierte en oficial lo que desde hace horas sospecha todo el mundo: que el atentado lleva «el sello de Al Qaeda». Dos días después, las 'Brigadas de Abu Hafs al Masri' —el mismo grupo que reivindicó la massacre del 11 de marzo en Madrid— hacían suya la responsabilidad del atentado.
07/06/2005

LA INVESTIGACIÓN APUNTA A CUATRO SUICIDAS

Los terroristas del 7-J:
jóvenes amigos británicos de familia paquistaní con una 'vida normal'
- Hasib Hussain vivía con sus padres, que alertaron de su desaparición
- Shehzad Tanweer viajó recientemente a Pakistán y Afganistán
- Mohammed Sidique Khan tenía un hijo y cuidaba niños discapacitados -
Los cuatro procedían de West Yorkshire

LONDRES.-
Mohammed Sidique Khan, de 30 años, Hasib Hussain, de 18, Shehzad Tanweer, de 22, británicos de origen paquistaní, sembraron el pasado 7-J el terror en Londres junto a un cuarto hombre de procedencia jamaicana, identificado por la prensa como Lindsey Germail. Los cuatro llevaban una vida de aparente normalidad.

Los investigadores centran ahora sus trabajos en tratar de localizar al "cerebro" de la matanza. Dada la juventud de los autores de los ataques la policía cree que otra persona pudo coordinarles y darles instrucciones sobre cómo tenían que colocar las bombas.

Las últimas imágenes de los presuntos autores materiales fueron captadas por las cámaras de seguridad de la estación de King's Cross, adonde
llegaron desde el condado de West Yorkshire, a 312 kilómetros de la capital. Reían pocos minutos antes de perpetrar los cuatro atentados en la capital británica. Los cuerpos de todos ellos han sido localizados en cada una de las zonas atacadas el 7-J.

El último terrorista identificado ha sido el que cometió la mayor masacre, la de King's Cross, con 25 muertos. Aunque su nombre no está confirmado oficialmente, los medios británicos apuntan a que se trata de un hombre jamaicano, Lindsey Germail.

Jermal, como le conocían sus amigos, se convirtió al islam hace cuatro años. Hablan de él como de una persona agradable, que mantenía una vida tranquila junto a su esposa, Samantha Lewthwaite, británica, y su hija, en su casa terrera de Aylesbury. El pasado miércoles su residencia fue acordonada y registrada por la Policía. Este culturista de cerca de 30 años, que trabajaba actualmente como tapicero, estudió en la Escuela Elmhurst Middle y en el Instituto The Grange. Llegó a la zona hace tres años desde Huddersfield, según informa The Independent.
En Aylesbury conoció a la que sería su mujer a través de un grupo de amigos. Ella quería convertirse al islam y lo hizo hace un año cambiando su nombre por el de Sharima. Según contaba la pareja, se casaron en la casa de un amigo. Personas que acudían a la misma mezquita que Jermal aseguran que ambos eran personas muy religiosas y que Lindsey solía cambiar sus ropas occidentales por otras islamistas cuando iba a rezar.

El pasado 7 de julio mató a 25 personas al hacer estallar una bomba en King's Cross.

Shehzad Tanweer, de 22 años:

Este británico nacido el 15 de diciembre de 1982 en Bradford se graduó en Ciencias del Deporte en la Universidad Metropolitana de Leeds.
Tanweer, quien vivía en Colwyn Road de Beeston (Leeds, West Yorkshire) con sus padres, su hermano y dos hermanas, rompió en los últimos meses su rutina despachando alimentos en la tienda "fish and chips" (pescado y patatas, un plato inglés
tradicional) que regenta su progenitor, de origen paquistaní, cerca de su casa en Colwyn Road.

Un tío de Bashir Ahmed, de 65 años, ha expresado la desolación de la familia, que no puede aceptar que Shehzad haya causado tantas muertes. "Estamos destrozados", confesó Ahmed, quien explicó que hace unos seis meses su sobrino viajó Pakistán para estudiar religión. "No fue él. Tuvo que haber fuerzas detrás de él", ha declarado el tío del presunto terrorista a la BBC.

Tanweer era un "niño de una buena familia, agradable", asegura consternado un vecino de la familia que conoce al joven desde "muy pequeño". "Le gustaba salir, jugar al fútbol, al cricket, eso era lo que quería hacer", asegura este vecino quien niega que hubiese expresado opiniones radicales.
"Siempre sonreía, era uno de esos chicos que nunca piensas que podía ser terrorista. Es por eso que estoy conmocionado que haya matado a toda esa gente", subrayó.
La policía cree que murió en el atentado entre las estaciones de metro de Aldgate y Liverpool Street.

Hasib Hussain, de 18 años:

Su madre denunció angustiada el 7-J a las diez de la noche, más de doce horas después de los atentados, que desconocía el estado de su hijo describiendo la vestimenta con la que había salido de su casa en Colenso Mount el día anterior cuando les dijo que iba a Londres con algunos amigos. Según los vecinos, Hussain había vivido allí toda su vida. Su cuerpo, destrozado, apareció en el autobus que explotó junto a sus tarjetas y carnet de conducir.
'The Independent' asegura que este joven estudiante de la Escuela Superior Matthew Murray había sido sometido a una fuerte disciplina por parte de sus padres al haber sido un adolescente muy rebelde. Hace unos 18 meses se convirtió en un 'devoto religioso'.
Según un vecino de la familia, que lleva viviendo veinte años en Holbeck, un barrio de Leeds (West Yorkshire), los Hussain son "muy buenas personas".

Mohammed Sidique Khan, de 30 años:

De origen paquistaní, estaba casado con Hasina, con quien tiene un bebé de unos ocho meses. Además, su mujer estaba embarazada de cuatro meses. Hace cinco, Sidique se mudó a la localidad de Dewsbury, en el mismo condado de West Yorkshire, tras haber vivido en Beeston (Leeds). Al parecer, se dedicaba al cuidado de niños discapacitados. Su mujer también tenía un empleo relacionado con la educación. Un vecino ha declarado que no sabía que Mohammed Sidique fuese una persona religiosa. "Yo frecuento mucho la mezquita y nunca le había visto allí",dijo. Varios de los documentos personales de Sidique fueron hallados entre los escombros de la estación de Edgware Road.
La vivienda de su suegra, Farida Patel, cercana a la de la pareja, ha sido registrada por la Policía.

10/06/2005

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