Los ataques contra Israel son ignorados.

DOS FRENTES DE BATALLA El poder de Hizbulá y de Hamas
El grupo Hizbulá ejerce gran influencia en los libaneses y en toda la región.



Cuando habla el sheik Hasan Nasrala, líder de la organización Hizbulá, en Israel hay gente que lo escucha con atención. No importa que sea en árabe o se encuentre a kilómetros de distancia, en Beirut.

El servicio de inteligencia israelí y el Ministerio de Relaciones Exteriores siguen sus palabras y sus pasos cuidadosamente.
La cancillería ha formado un equipo especializado para traducir los discursos y las entrevistas que Nasrala concede a los medios.


Es por ello que a nadie le sorprendió el ataque de Hizbulá contra Israel. De alguna manera, todos sabían que tarde o temprano algo así sucedería.

"Para algunas de las personas que trabajamos en inteligencia en Israel, las palabras de Hasan Nasrala son familiares. Pide la ‘muerte de Israel’. Dice que este país debe ‘desaparecer’. Es algo que repite todo el tiempo.

Cuando empezaron las operaciones del ejército en Gaza, escuchamos el malestar y el llamado a combatirnos, pero el tema de los misiles permaneció oculto en sus discursos", dijo a este diario un agente de inteligencia que pidió no ser identificado.

CORRELACIONES

David Horowitz, director del periódico Jerusalem Post, realizó una entrevista hace un par de días en la que recoge las impresiones de Doron Almog, mayor retirado del ejército y un hombre que en el pasado estuvo encargado del comando en Gaza.

Para Almog hay una clara conexión entre lo que está pasando en Gaza y lo que ocurre en este momento en el norte, en la frontera con el Líbano.

"Hizbulá y Hamas están conectados, comparten información y no reconocen la existencia del Estado de Israel.
Antes de negociar con Hizbulá, si es que hay alguna posibilidad de hacerlo, Israel debe tratar de sacar a los militantes de la frontera", agregó.

Esta opinión la comparte el analista Sever Plocker, autor del varias columnas y reportes en el periódico Yedioth Aharonoth, uno de los principales de Israel. Según él, ambas organizaciones, Hamas e Hizbulá, defienden los principios islámicos, se oponen a la existencia de Israel y tienen líderes carismáticos capaces de incitar a la población.

Ambas han secuestrado soldados en territorios que ellos controlan. Aharonoth sostiene que aunque Israel debe hacer todo lo posible por defenderse, también debe revisar su estrategia.
"A veces esos ataques lo único que hacen es fortalecer más a las organizaciones", dice. Aunque en Israel haya opiniones distintas, los analistas coinciden en la importancia que estos grupos tienen en sus países y en toda la región.


El partido de Dios

El grupo armado Hizbulá nació en el Líbano en 1982 con el apoyo de Irán, un país interesado en que su ideología islámica y de liberación se extienda a otros países.

Al igual que Irán, el Líbano contaba con una población chiíta que no era tenida en cuenta en las decisiones ni proyectos del país desde su fundación en 1946.

Por aquellos años de 1982, cristianos, maronitas, musulmanes, sunitas, chiítas y drusos se enfrentaban entre sí.

Entonces, el ejército de Israel invadió al Líbano para expulsar a los militantes de la Organización para la Liberación de Palestina que atacaban Israel desde el sur del país, la misma región en la que Israel combate en estos momentos.

Después de los enfrentamientos, el ejército israelí consiguió lo que quería: expulsar a Yaser Arafat del Líbano y conducirlo a Túnez.

Hillel Inbar, profesor de la Universidad de Tel Aviv y experto en el tema de las milicias en el Medio Oriente, dice que a pesar de la salida de Arafat, su presencia en ese país se convirtió en uno de los motivos que ayudó a la formación del Hizbulá.

LAS MILICIAS

Desde sus primeros días de creación, el Hizbulá comenzó a implementar ataques terroristas como aquel ocurrido contra el cuartel de marines estadounidenses en Beirut y en el que perdieron la vida más de 220 personas.

Desde 1982 y hasta el 2000, las milicias de Hizbulá atacaron al Ejército de Israel que finalmente se retiró hacia el límite internacional, reconocido por Líbano e Israel.

Aunque en el año 1990 se desarmaron muchas de las milicias del país, Hizbulá siguió con sus planes.

Inbar indica que luego del retiro de los soldados israelíes del Líbano Hizbulá se dedicó a fortalecer su influencia política, militar y social.
No hay que olvidar que además de combatir a Israel, la organización se dedicó a sus actividades sociales.
Al igual que Hamas en Gaza, Hizbulá brinda salud y educación a gran parte de la población del Líbano.

Hay más semejanzas entre Hamas e Hizbulá. Para empezar, ambos tienen una participación importante en el gobierno. Hizbulá cuenta con ministros y 23 representantes en el Congreso. La organización está guiada por los principios del islam y está comprometida con el conflicto israelí–palestino.

"En Israel hay pruebas de que Hamas y la Yihad Islámica reciben ayuda de esta organización. Si antes de los misiles y de los enfrentamientos en el norte de Israel quedaban dudas, ahora es difícil negarlo", asegura Inbar.

El Líder

Hasan Nasrala es el hombre que mueve los hilos del Hizbulá. Tiene carisma y cuenta con el respeto y apoyo de muchos seguidores en el país.

Generalmente en sus discursos habla de la necesidad de combatir a Estados Unidos y "terminar con los judíos del mundo e Israel", el llamado "enemigo sionista".

Hizbulá ha sido acusado de ser el responsable de un ataque, ocurrido hace 12 años, contra la Amia –Asociación Mutual Israel Argentina– en el que perdieron la vida 85 personas.
En esa organización acostumbraba reunirse gran parte de la comunidad judía argentina.

Se calcula que esta milicia cuenta con aproximadamente 30 mil hombres armados y con el respaldo de Siria e Irán.
Se dice que la organización tiene en su poder misiles capaces de alcanzar Tel Aviv.


Su nombre se encuentra escrito en una lista publicada por el Gobierno de Estados Unidos que incluye a las organizaciones terroristas del mundo.

De acuerdo con el reconocido analista israelí Aluf Ben, Nasrala cometió un gran error: aprovechar las circunstancias operativas para secuestrar a dos soldados israelíes.

La resistencia de Hamas

Muchos palestinos se declararon sorprendidos cuando el pasado 26 de enero vieron cómo la organización alcanzó 74 de los 132 escaños que tiene el parlamento palestino.

El grupo logró llegar al gobierno y su dirigente, Ismael Haniya, se convirtió en el líder de la Autoridad Palestina.

La historia de este movimiento comenzó el 14 de diciembre de 1987 con el llamado jeque Ahmed Yassin, cinco días después de comenzar la llamada Primera Intifada.

Hamas persigue la creación de un estado islámico en todo el territorio de la antigua Palestina y la destrucción del Estado judío, protagonista de la ocupación.

Esto último lo repetía Yassin antes de su muerte y lo repitió también Abdel Azziz Rantissi, el líder posterior de la organización.

Durante los repetidos procesos de paz, los miembros de Hamas se han opuesto a las conversaciones con Israel. Y le han expresado su rechazo a los miembros de la Autoridad Palestina que han tratado de propiciar un acercamiento.

También lo hicieron con Yaser Arafat, quien en 1994 firmó un tratado en el que se reconocía a la Autoridad Palestina.
Debido a su oposición, los miembros de Hamas comenzaron una serie de atentados.


‘Hombres bomba’ provenientes de distintos puntos de Palestina se auto explotaban en buses que recorrían las calles de Jerusalén o Tel Aviv, acabando con la vida de decenas de personas.

El 22 de marzo de 2004, su líder, el jeque Ahmed Yassin, fue asesinado tras ser alcanzado por un misil israelí cuando regresaba de su rezo en una de las mezquitas de Gaza.

Un mes después, las fuerzas israelíes mataron a su sucesor, Abdelaziz Rantisi, tras ser blanco de otro asesinato selectivo por parte de Israel.

En 2005, el grupo dio una tregua a Israel y cesó en sus ataques armados para dedicarse a la política.

Pero esta tregua terminó hace un par de meses con el lanzamiento de misiles contra las poblaciones cercanas a la franja de Gaza.
Posteriormente se produjo el secuestro del soldado Gilad Shalit y la ofensiva del ejército israelí en Gaza.

APOYO A HAMAS

Seguidamente, Hizbulá se declaró en contra de la respuesta del ejército en Gaza y comenzó con el lanzamiento de cohetes Katyuska contra Israel.

A ello le siguió la respuesta de Israel.

Desde hace 11 días que empezaron los enfrentamientos, la lista de muertos, heridos y la destrucción de ambos lados es larga.

Ghazi Hamad, el vocero de Hamas en Gaza y muy cercano a Ismael Haniya, líder de la organizacion y actual presidente de la Autoridad Palestina, dijo a La Prensa que Hamas no detendrá sus acciones ni ataques contra Israel, pero que la negociación es la única vía para detener lo que actualmente ocurre en Gaza y en el norte de Israel. Lo repite una y otra vez.

Israel, por su lado, ha dicho que no negociará con "terroristas".

"Creemos que la liberación de prisioneros palestinos es la única forma de ponerle fin a esta situación", señala Hamad.

Aunque cuenta que el soldado israelí secuestrado, Gilad Shalit, es un prisionero de guerra, dice que las personas que lo tienen en cautiverio no aceptan una posible visita de la Cruz Roja Internacional, una de las normas que precisamente tiene que ver con prisioneros de guerra.

Israel va a perder todo si sigue con su proceder", sentencia.

Mientras estas palabras se escuchan en Gaza, en el Líbano, la dirigencia del Hizbulá dijo que los ataques continuarán.

VIOLENCIA Y DIPLOMACIA

16 DE JULIO: Un ataque de Hizbulá contra Haifa con cohetes de desarrollo iraní causa la muerte de ocho personas.

.17 DE JULIO: El secretario general de la ONU, Kofi Annan, respalda el pedido de los Estados del G-8 de desplegar una tropa internacional en el sur de Líbano.

.18 DE JULIO: El presidente estadounidense George W. Bush acusa a Siria de querer volver al Líbano y considera que Hizbulá es "la raíz del problema".

.19 DE JULIO: Tropas terrestres israelíes avanzan sobre territorio libanés.

Israel intenta acabar con la milicia chií libanesa

Israel ha realizado incursiones en el Líbano lanzado bombas sobre puntos estratégicos y dejando muy deterioradas las infraestructuras libanesas. Sin embargo, no ha logrado silenciar al portavoz mediático de Hizbulá, la estación de televisión Al Manar.

Precisamente, el canal emitía ayer una entrevista con el líder de Hizbulá, Hasan Nasrala, quien disipaba así cualquier rumor de que pudiera haber sido alcanzado en una de las mayores operaciones de la fuerza aérea israelí, que en una sola pasada lanzó 23 toneladas de bombas contra un búnker de Beirut donde se suponía que se ocultaba el dirigente del grupo chií.

El comandante de la Zona Militar Norte de Israel, el general Udi Adam, dijo que la operación contra Hizbulá requiere un alto grado de sacrificio, por lo que las bajas serán inevitables.

"Estamos llevando a cabo una acción de gran exigencia; estamos en guerra. La guerra cuesta vidas... Tenemos que atrapar a Nasrala. Nuestro objetivo es erradicar el terrorismo y desarmar a Hizbulá", afirmó.

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