Kosovo, tierra robada (Documental)

Este documental excelente esta prohibido en Republica Checa porque dice la verdad sobre Kosovo, representa el testimonio vivo de la verdad que los medios occidentales no quieren comunicar a la gente, para que no cambie su percepcion sobre la politica de OTAN y paises occidentales en los Balcanes y la region.
Va a revelar la verdad horrorosa de Kosovo que nadie os quiere decir, las estafas, mentiras y la propaganda la OTAN uso para justificar sus acciones, va a revelar como la gente vive en ghettos en siglo XXI, como la herencia medieval europea esta desapareciendo en primer etnocidio y genocidio en nuevo milenio, va a revelar desastre de seres humanos de otro lado, y la criminalidad de los acciones de fuerzas militares occidentales en los Balcanes, va a revelar la verdadera cara de globalismo, un documental que se tiene que ver:

Bosnia, un país profundamente dividido 20 años después de la guerra

Nedim Hasic. -Sarajevo, 3 abr (EFE).-  Bosnia es un país fracturado por líneas étnicas, sin apenas capacidad para consensuar su pasado ni afrontar el futuro, cuando se cumplen 20 años del inicio de la contienda más sangrienta en Europa desde la II Guerra Mundial, que enfrentó durante tres años a musulmanes, serbios y croatas.

Los dos entes autónomos que forman el país -el común de musulmanes y croatas, y el serbio- así como los tres pueblos, funcionan por su cuenta.

Las instituciones centrales, las comunes de los tres pueblos, representan un conjunto de intereses que casi nunca coinciden, con una clara falta de cooperación que permita un funcionamiento eficaz del Estado compartido.

"La guerra es todavía el elemento que domina en todos los acontecimientos de la sociedad de Bosnia-Herzegovina", declaró a Efe el analista Sacir Filandra, decano de la Facultad de Ciencias Políticas en Sarajevo.

"A muchos, me refiero a las personas en el poder, les conviene tal situación por su incapacidad para ir adelante. No hay ideas nuevas, no hay una nueva mentalidad ni entendimiento en la sociedad, y eso lo veo como el problema crucial. Estamos dando vueltas como en un círculo", consideró.
Para el futuro, el lema formal de las principales estructuras políticas es avanzar para ingresar en la Unión Europea (UE).

No obstante, desde hace más de cuatro años, entre los políticos musulmanes, serbios y croatas no hay consenso sobre las reformas para un funcionamiento consolidado de las instituciones centrales de cara a agilizar el paso a la integración euroatlántica.

Muchos serbios prefieren mantener la amplia autonomía de su entidad, los musulmanes abogan por la centralización y la abolición de los entes, y a los croatas les gustaría tener una entidad propia.

Bosnia es uno de los países más pobres de Europa y tiene un 40 % de desempleo; aún así, los temas sociales son secundarios frente a una clara agenda política nacionalista.

"Los temas nacionales son los dominantes en las elecciones, y todos los demás problemas de la vida, los asuntos sociales, de desarrollo, democráticos y otros han sido descuidados", declaró a Efe el analista Momir Dejanovic, de la ONG Centro para una Política Humana.

Según Dejanovic, pocos dicen que la guerra fue innecesaria y errónea, y "domina la tendencia de justificar la guerra como una defensa ante el otro", ya sea musulmán, serbio o croata.
"Este 'otro' es todavía un peligro del que hay que protegerse, de modo que hoy en las elecciones un 90 % de los ciudadanos dan su voto a los partidos del pueblo al que pertenecen", indicó.

Veinte años después del conflicto, los bosnios, no sólo los políticos, sino también los intelectuales o historiadores, no pueden ponerse de acuerdo ni sobre la fecha y el origen de la guerra.
El inicio oficial fue el 6 de abril de 1992, cuando la UE reconoció la independencia de Bosnia. El mismo día, los francotiradores serbobosnios dispararon contra unos manifestantes en el centro de Sarajevo.

Para los serbios, el inicio del conflicto fueron los disparos de unos delincuentes musulmanes en marzo de ese año contra un cortejo nupcial serbio, en el que murieron dos personas.

Para los musulmanes, fueron los ataques de los serbios, que tuvieron en su mano la mayoría del armamento del antiguo ejército yugoslavo, y que asediaron Sarajevo durante toda la guerra.
El cerco más largo de la historia contemporánea se cobró casi 11.000 vidas, entre ellas más de mil niños.

En lo que sí coinciden todos es en acusar a la comunidad internacional de no haber reaccionado a tiempo durante la descomposición de la antigua Yugoslavia.

El director de teatro sarajevita Haris Pasovic señaló en declaraciones a Efe que después de la muerte, en 1980, del líder comunista yugoslavo Josip Broz Tito, "se intensificaron los procesos nacionalistas en Yugoslavia, y con la caída del Telón de Acero la necesidad de tener Yugoslavia como un 'corredor' diplomático entre el este y le oeste dejó de existir".

Según Pasovic, la impresión de que EEUU no intervendría en caso de una guerra yugoslava, alentó el nacionalismo serbio, seguido de una intensificación de los procesos nacionalistas también en otros pueblos de la federación.

El analista Dragan Jerinic sostiene que después de la muerte de Tito no había persona o institución que pudiera garantizar la estabilidad, y que con la introducción del pluripartidismo se abrió el paso al nacionalismo.

"Los conflictos entre los conceptos nacionales (...) llevaron a la guerra en Yugoslavia. La más sangrienta y trágica fue en Bosnia-Herzegovina, porque dentro de sus fronteras se enfrentaban los intereses de tres comunidades nacionales (musulmanes, serbios y croatas)", según Jerinic. EFE

Cronología del conflicto bosnio entre musulmanes, serbios y musulmanes

Sarajevo, 3 abr 2012 (EFE).- Siguiendo el ejemplo de Croacia y Eslovenia, Bosnia proclamó su independencia de la federación socialista de Yugoslavia en un referéndum en marzo de 1992, tras lo que estalló, en abril, una sangrienta guerra entre musulmanes, serbios y croatas, que duró tres años y medio (1992-1995).

El 1 de marzo de 1992, el 63 por ciento de los bosnios votó por la secesión en el plebiscito boicoteado por los serbios, y dos días después, la república declaró su soberanía.

El 6 de abril, la Unión Europea reconoció la independencia de Bosnia-Herzegovina.
El mismo día estalló la guerra, cuando centralistas serbobosnios dispararon contra un grupo de manifestantes en el centro de Sarajevo, supuestamente en represalia por el disparo, un mes antes, de unos delincuentes musulmanes contra un cortejo nupcial serbio.

El 22 de mayo, Bosnia-Herzegovina fue admitida en la ONU.

El 8 de junio, el Consejo de Seguridad de la ONU autoriza la creación de un puente aéreo a Sarajevo para suministrar ayuda humanitaria a la ciudad asediada por las tropas serbobosnias, y 20 días más tarde, los serbios entregan el aeropuerto a la ONU.

El 2 de enero de 1993, las tres partes en contienda bosnia rechazan un primer plan de paz internacional, el Vance-Owen. Prosiguen los combates.
En febrero, el Consejo de Seguridad de la ONU aprueba la creación del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) para juzgar los crímenes de guerra, y la corte queda constituida el 17 de noviembre en La Haya.

El 12 de abril, la OTAN inicia la operación de vigilancia de la zona de exclusión aérea en Bosnia, en una primera misión desde su fundación, en 1949.

El 5 de febrero de 1994, 68 civiles murieron y 197 fueron heridos por la explosión de un proyectil de artillería en el mercado central de Sarajevo, en una matanza que conmocionó al mundo.

El 18 de marzo, bosnios musulmanes y croatas firman en EEUU la formación de una federación común, y tres meses más tarde, el 18 de junio, las fuerzas armadas de las dos partes ponen fin a un año de intensa guerra.

En 29 de marzo de 1995, se cumplen mil días del puente aéreo humanitario a Sarajevo.
A finales de mayo, los aviones de la OTAN bombardean los depósitos de municiones serbobosnios en Pale, su centro militar y administrativo durante la guerra, a unos 35 kilómetros al sur de Sarajevo.
En represalia, los serbios toman como rehenes a 170 "cascos azules", que son utilizados como escudos humanos. Más tarde, fueron liberados.

El 11 de julio, las tropas serbobosnias toman el enclave protegido de Srebrenica. Más de 7.000 varones musulmanes fueron asesinados, en el peor crimen cometido en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

El 1 de noviembre, tras entrar en vigor una tregua, comienza en Dayton (EEUU) una conferencia de paz internacional con la asistencia de tres presidentes -el bosnio, Alia Izetbegovic; el serbio, Slobodan Milosevic, y el croata, Franjo Tudjman- y tres mediadores, EEUU, UE y Rusia.

El 21 de noviembre, bosnios, serbios y croatas llegan a un acuerdo de paz. Bosnia fue concebida como un Estado con dos entidades autónomas: la Federación musulmano-croata, con el 51 % del territorio, y la República Serbia, con el 49%.

El 5 de diciembre, llega a Bosnia un primer contingente de 60.000 efectivos de la fuerza de la OTAN (IFOR) para supervisar el cumplimiento de los acuerdos de paz.
Las primeras elecciones generales, del 14 de septiembre de 1996, supusieron la victoria de las formaciones nacionalistas.

El 22 de febrero de 2001 se constituyó por primera vez un Gobierno moderado.

El 18 de febrero de 2002, la UE aprueba hacerse cargo a partir del 1 de enero de 2003 de la misión internacional de policía, hasta ese momento encomendada a la OTAN.

En enero de ese mismo año Bosnia abre las negociaciones con la UE sobre el Acuerdo de Estabilización y Asociación, que rubrica en diciembre de 2007. Sin embargo, sigue estancada en su paso de integración comunitaria por falta de reformas y del fortalecimiento de las instituciones centrales.

Los principales acusados de la matanza de Srebrenica, el ex líder político serbobosnio Radovan Karadzic y el comandante militar Ratko Mladic fueron capturados en 2008 y en 2011, respectivamente, y entregados a la Justicia internacional, después de años de fuga. EFE

Tambores de guerra en Oriente Medio

La escalada de tensión entre Irán e Israel amenaza con convertirse en conflicto bélico. Dos buques iraníes ya cruzan el Canal de Suez

SEGUNDO DESAFÍO. El régimen iraní ya envió dos buques de guerra a la zona en febrero de 2011. No ocurría desde 1979 - Foto: Ap

A la sensación de tensión generalizada con Irán por los comentarios continuos sobre la posibilidad de una guerra, se agregaron los sucesos de los últimos días. Ayer, una flotilla compuesta por un destructor y un buque de suministro de la Armada de Irán fondeó frente al puerto sirio de Tartus tras haber entrado en el Mediterráneo a través del Canal de Suez.

En lo que parece ser una serie de intentos de venganza contra Israel por la desaparición de científicos nucleares que Irán atribuye al Mossad, esta misma semana se han llevado a cabo atentados contra blancos israelíes en distintos países. En Nueva Delhi resultó herida la esposa de un diplomático israelí a cuyo coche adhirieron una carga explosiva; en Tibilisi, Georgia, se frenó a tiempo un atentado del mismo estilo, y en Bangkok fueron detenidos varios agentes iraníes responsables de explosiones en la capital tailandesa, pero sin haber logrado alcanzar a los blancos israelíes que buscaban.

Este tipo de situaciones siempre dan a Israel la sensación de guerra en varios frentes. Yoram Schweitzer, experto en terrorismo y Yihad Global en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Tel Aviv, cree que en el terreno hay ahora lo que llama «armonía de vengadores», en referencia a Irán y su proxy Hizbulá. «Y sugiero no creer que los atentados de esta semana fueron los últimos», advierte con firmeza. El frente del terrorismo internacional, en el que Irán ha atacado estos días, no está desconectado del programa nuclear, sino íntimamente ligado a los intentos «secretos» de frenarlo sin tener que llegar a un operativo.

De hecho, ayer el ministro británico de Exteriores, William Hague, alertó de que las pretensiones nucleares de Irán pueden desencadenar «una nueva guerra fría» en Oriente Medio, lo que podría ser un «desastre» en las relaciones internacionales. Todo aquel que lea estos días la prensa local en Israel puede sentir una profunda confusión. Atacar las instalaciones nucleares de Irán, ¿sería la solución a la amenaza que Israel percibe de la República Islámica o el comienzo de un nuevo problema? Nadie puede asegurarlo plenamente y el dilema embarga tanto a los expertos como al ciudadano de a pie.

Según una encuesta del diario «Haaretz», el 41% de los israelíes está a favor de atacar a Irán, mientras que el 39% se opone. Si bien un 20% de los encuestados dijo no saber qué es lo correcto. Y es que los propios expertos están divididos. «Tanto atacar como abstenerse de hacerlo es peligroso», dice el general Giora Eiland, ex asesor de Seguridad Nacional de Israel. No actuar, podría significar que Irán se convierta realmente en una potencia nuclear capaz de extorsionar al mundo y, lo peor para Israel, capaz de apretar el botón y lanzar la bomba atómica contra el Estado judío.

Hace tan sólo una semana, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenai, dijo que «Israel es un cáncer que debe ser extirpado de la región». «No me parece que el primer ministro de Israel puede permitirse hacer posible esa situación», asegura el Dr. Ronen Bergman, experto en seguridad y especializado en Irán. «Sentirá que es su responsabilidad impedirlo».

Un ataque con represalias


De fondo, habrá quienes critiquen la «mentalidad de sitio» de los israelíes. Pero el Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, el Teniente General Beni Gantz, recuerda que el suyo es el único país del mundo cuya existencia misma es amenazada por un enemigo: Irán.

Por otra parte, atacar y lanzar una ofensiva militar contra Irán, tiene sus propias complicaciones. Nadie duda de que un ataque a las instalaciones del programa nuclear de Irán desencadenaría duras represalias contra Israel, probablemente en forma directa y también a través de sus «clientes» o protegidos en la zona, muy especialmente la milicia proiraní Hizbulá, en Líbano. En el «mejor» de los casos, caerían misiles en varios frentes y se estima que la gran metrópolis de Tel Aviv sería el blanco preferido.

Lo que aumenta la confusión es que por un lado crece el tono amenazante de la cúpula gubernamental –especialmente del primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa, Ehud Barak– y por otro, en el terreno, parecería que cosas básicas para una situación de guerra con Irán no están listas. Pero el tono que irradia de las máximas figuras encargadas de la defensa de Israel, es de creciente advertencia. «Más tarde podría ser demasiado tarde», dijo recientemente Barak.

El operativo no sería sencillo. Además, no hay garantía de que se logre dañar seriamente el programa nuclear de Irán (cuyas instalaciones están dispersas por todo el país, muy protegidas y algunas hasta ocultas bajo tierra) y que en el «mejor» de los casos, se podría sólo retrasar un año, no neutralizarlo. Y esto, sin hablar del precio que Israel pagaría en términos, al menos, de una segura respuesta de Irán, tanto directamente como usando a sus proxys, Hizbulá y Hamas. «Cada opción tiene un precio», dijo categóricamente Barak. En pocas palabras, ahí está el dilema.

En revelaciones que hizo Barak al Dr. Ronen Bergman, experto en seguridad e inteligencia, queda claro que antes de decidir, Israel tomará en cuenta tres consideraciones claves: su habilidad de actuar en forma efectiva, la legitimidad internacional que haya para un ataque y la necesidad de acción militar.


La amenaza mundial de los ayatolás


Las exigencias de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para que Irán demuestre que no está construyendo la bomba atómica no han sido suficientes para convencer a Ahmadineyad. La nueva planta nuclear iraní para el enriquecimiento de uranio estará operativa en pocos días.

Antecedentes


El enfrentamiento que mantienen Irán e Israel es cada vez menos secreto. La tensión crece a medida que el régimen de los ayatolás endurece sus amenazas.

1.- Atentados
El 11 de enero un científico que trabajaba en una planta de enriquecimiento de uranio fue asesinado. Irán señaló a EE UU y a Israel de estar detrás.

2.- Bombas lapa
Una célula iraní atacó el lunes las embajadas israelíes en Bangkok, Nueva Delhi y Tibilisi. La Policía investiga la relación de los atentados.