Al menos trece personas resultaron heridas anoche en disturbios registrados en la importante ciudad de Hyderabad (sur de la India) entre grupos hindúes y musulmanes, informó hoy una fuente policial.
Las autoridades han ordenado el despliegue de la Fuerza Paramilitar de Acción Rápida (RAF) y de la Policía regional de Andhra para controlar la situación en varios barrios de la ciudad, donde la situación continúa siendo tensa aunque sin incidentes.
Los enfrentamientos comenzaron este sábado noche en el barrio de Musa Bowli, cuando un grupo de hindúes comenzó a sustituir unas banderas verdes, típicas de las fiestas islámicas, por otras de color naranja, con ocasión de un festivo del dios hindú Hanuman.
Pronto comenzó una discusión entre miembros de ambos credos que degeneró en insultos y lanzamientos de piedras, así como en una serie de ataques contra centros religiosos, coches, tiendas y viviendas que perduró hasta entrada la madrugada de hoy.
Según dijo a IANS el comisario de Policía A. K. Khan, trece personas, entre ellas dos periodistas, resultaron heridas durante los enfrentamientos y las cargas de la Policía, mientras que varios ciudadanos huyeron de sus casas en las áreas más afectadas.
A la zona se desplazaron diputados locales de la organización musulmana Majlis-e-Ittehadul Muslimeen (MIM) y del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP).
El diputado del MIM Ahmed Pasha Khadri acusó a la Policía de permanecer impasible ante la destrucción de las casas de musulmanes, y acusó a las fuerzas del orden de recurrir a cargas injustificadas contra los jóvenes.
El líder del BJP G. Ramaswamy, sin embargo, acusó a los musulmanes de la zona de crear problemas con la instalación de las banderas hindúes, después de haber instalado las suyas sin que nadie les criticara por ello.
Hyderabad, uno de los enclaves de servicios más importantes de la India, donde vive una pujante minoría musulmana que se concentra en los barrios históricos de la ciudad, que no habían registrado grandes disturbios religiosos en las últimas dos décadas.
Los musulmanes indios, unos 140 millones de personas, componen un 13,4 por ciento de la población india, aunque ocupan apenas un 5 por ciento de los puestos públicos en las instituciones oficiales y su acceso a la educación sigue siendo muy deficiente.
Desde la independencia del subcontinente, en 1947, el país ha sufrido unos brotes esporádicos de violencia religiosa que en ocasiones adquieren tintes de matanzas, como ocurrió en la región de Gujarat (oeste), en el año 2002, con más de 1.000 muertos.
EFE - Nueva Delhi
ADN.es
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